FERMÍN GÁMEZ  |  Barcelona, 10/11/2017

El temor de la vuelta, ¿conocéis esa sensación?, seguro que sí, en la música se da cuando una banda que ha sido referencia para ti (no solo musicalmente, también vitalmente) anuncia regreso, nuevo disco, borrón y cuenta nueva. No es baladí, sus canciones llegaron en el momento justo, hablaban de ti, de tus amigos, de tus relaciones (o al menos eso pensabas) y tras desgañitarte cantándolas y reverenciándolos en sus conciertos te sentías parte de algo, los recuerdos son algo engañoso también, admitámoslo, pero cuando recuperas sus discos y subes el volumen están ahí, las sensaciones, las noches, las letras aprendidas y los amigos de camino al bolo.

Y de repente pasan siete años, y de repente escuchas 'Sentimental shock', y de repente esos siete años se borran de un plumazo, 'Avida Dollars' salió ayer y vuelves a ser fan incondicional de estos tipos de Barcelona y empiezas a mirar fechas de conciertos y a enviar mensajes a los colegas, THE UNFINISHED SYMPATHY han vuelto. 'It's a Crush' toma lo mejor de la dureza de 'An Investment In Logistics' (2003) y lo mejor del pop de alta gama de 'We Push You Pull' (2006).

Comienza todo con 'Goodbye/Hello', declaración de intenciones donde las haya, vuelven esas guitarras características, la voz de Eric, el estribillo y la sensación de reconciliación. Otros adorados por mí, The Posies, ya lo hicieron en 'Every Kind Of Light' con 'It's Great To Be Here Again!', nota alta, empezamos bien, el temor se disipa. 'Narcotic Fiancee' te revuelve, guitarras rápidas y un nuevo batería (Víctor García) sobresaliente, uno de los temas que transportan a lo mejor de la banda, vuelvo a cantar gritando en mi habitación, bien, más que bien. 'Sentimental Shock', single de adelanto, es enorme, tres temas y ya sabes que nadie ha podido ocupar el sitio que dejó The Unfinished Sympathy. Las canciones más pausadas en sus discos siempre me han conmovido, por lo que 'Sensual Tension' entra fácil, no es un riesgo, suena a tema clásico, pero Eric sigue haciendo algo con este tipo de temas que es de alabar, sube esa voz, en el momento justo y la convierte en un ejercicio de rabia contenida que hace del tema algo épico.

'Eyes Get Used to Darkness' es diferente, más alejada de su sonido habitual, descuadra la melodía de la voz, siempre tan en su momento perfecto, quizás es un ejercicio experimental, aunque no deja de ser un buen tema. Llega 'Christen Me', batería envolvente en un tema áspero y de riff duro, corto, directo y al mentón. 'The Welfare State' también es reducido, pero bebe del power pop y quizá de un saber hacer más "ramoniano", 'Loveshake' vuelve al estribillo marca de la casa, redonda, podría cuadrar en cualquiera de sus tres discos anteriores y no es que hayan puesto la directa, estos tipos saben lo que se hacen, otro gran tema.

Siempre hay un puntito de oscuridad, que se agradece, en sus discos, aquí lo encontramos en 'Night Shift', guitarras repetitivas y carácter de himno. Y como si de un sueño se tratase llegan las voces de 'A Joyful Dirge', el estribillo más elaborado del disco, como siempre dejando temas grandes hasta el final del disco, no existen temas menores para ellos. Precioso final nos dejan con 'Vapor Stairs', la guitarra acústica te atrapa de inmediato y la voz de Eric, demuestra que si desnudas los temas de la banda sigues teniendo composiciones imperecederas.

Volver siempre es difícil, hay que sacar valor, enfrentarse al que eras antes con el miedo de que esa persona ya no te devuelva la mirada, volver es matar demonios, volver con 'It's A Crush' debajo del brazo es un acto de amor a la música. Eric, Joan, Oriol y Víctor, gracias.