VALLE  |  Nueva York, 25/07/2018

Dicen que no hay nada peor que la muerte de un hijo o de una hija y no solo por la ausencia de la persona más amada a la que le das todo tu tiempo y todo tu amor. Esa pérdida suele destruir el mundo de sus padres y, por supuesto, el matrimonio. Exactamente eso fue lo que ocurrió al fallecer la luminosa niña a la que sus orgullosos progenitores llamaron Creatividad. Años atrás, cuando su responsable madre, La Mente, supo que la concebiría, pensó que debía hacer algo para mantenerla y se sacó el carnet de piloto de avión. Cuando por fin nació La Creatividad, La Mente empezó a volar. Siempre estaba volando pero siempre tenía a su hija presente en todos sus vuelos. Por el contrario, su padre, El Arte, nunca trabajó. Le gustaba hacer las cosas por amor al arte, así que, decidió quedarse en casa jugando con su hija. La necesitaba. Con ella se sentía libre y poderoso al mismo tiempo que su hija, La Creatividad, se reía mucho con lo sorprendente, ingenioso, original y divertido que era El Arte.

Desgraciadamente, cuando La Creatividad murió, La Mente ya no podía seguir volando y dejó de hacerlo. Ella, en realidad, nunca entendió a su marido, El Arte, y él no comprendía su continuo llanto y empezó a hacerle reproches:

- Pero... ¿Por qué lloras? Tú siempre estabas volando (recriminaba El Arte)

- Yo volaba por ella (se excusaba La Mente)

Por cierto, ahora continuaré con el triste drama de este matrimonio, pero la música que puede hacer volar muy alto a nuestras mentes gracias a su enorme creatividad es DIRTY PROJECTORS. Dirty Projectors es el gran proyecto del lúcido músico y consumado vocalista Dave Longstreth que acaba de publicar su octavo álbum de estudio 'Lamp lit prose' el pasado 13 de julio. Se trata de un trabajo de estudiada experimentación que sorprende, irrumpe y te llena. Un disco diferente de los que suele confeccionar Dirty Projectors ya que contiene mucho "folk", tanto americano como africano, y disfruta de un aire optimista e ilusionante muy bienvenido tras el lánguido álbum anterior a éste que Dave Longstreth grabó cuando rompía con su pareja la guitarrista Amber Coffman que, además, hasta esa fecha, siempre había estado implicada en el proyecto Dirty Projectors. Con este último trabajo, 'Lamp lit prose', se aprecia que Longstreth ha superado con nota esa ruptura sentimental y musical volviendo con muchas ganas y sacando un disco que, aparte de optimista y folclórico, es orgánico, flotante y misterioso. Es un álbum en el que se le concede mucha importancia a la percusión y cualquier objeto puede ser víctima del ritmo. Incluso instrumentos de cuerda, como mandolinas y ukeleles, y de viento, como armónicas y flautas, parecen actuar a veces más en el plano percusionista que melódico. Lo que nunca cambia en Dirty Projectors y siempre es su punto más fuerte son las increíbles y fantásticas armonías vocales que os volverán a impactar. Dave Longstreth también suele rodearse en todos sus trabajos de bandas y músicos que colaboran en diversos temas. En esta ocasión, se acompaña de Syd en 'Right Now', de Amber Mark en 'I feel energy', de Empress of en 'Zombie Conqueror', de Robin Pecknold y Rostam en 'You're the One' y de Dear Nora en 'Feel it All'.

En definitiva, desde los Estados Unidos, Dirty Projectors consigue, con su indie experimental en 'Lamp lit prose', un trabajo perfecto para tumbarse a la orilla de la playa o en cualquier lugar tranquilo y, al escucharlo, dejar a la mente volar.

Hablando de La Mente. Nos habíamos quedado en que La Mente, tras el fallecimiento de su hija, La Creatividad, ya no podía volar y sufría los reproches de su marido, El Arte. Ella necesitaba a alguien que comprendiera su llanto y, al poco tiempo, conoció a una amante que lo hacía: La Depresión. Al enterarse de esta infidelidad, su marido cambió del todo. El Arte se volvió tosco y huraño. Pero esto no fue lo peor. Cambió tanto que ahora, sin La Creatividad y traicionado por La Mente, El Arte era obvio y lógico. Ante esta gran transformación en su personalidad, ya solo una persona en el mundo podía soportarle. Así que, El Arte se fue a vivir con ella. Con La Rutina.

Siento haber tenido que contaros este drama tan triste pero creo que está bien que todo el mundo sepa que sin La Creatividad, La Mente es depresiva y El Arte es rutinario. Sin embargo, podéis estar tranquilos porque, al menos, esto nunca le sucederá a Dirty Projectors.