MIGUEL ANTONIO HURTADO  |  Madrid, 09/02/2011

¿Quién dijo que un teatro necesitaba cuarta pared, para qué las butacas, para qué un escenario?... Con MICROTEATRO POR DINERO, Malasaña sigue reivindicándose como el barrio donde lo imposible, la reinvención, la creación, la transgresión, la originalidad, la imaginación, la innovación no tienen límites.

Allá por noviembre del 2009 lo que era un, y lo diré con toda su crudeza, un sórdido puticlub en la calle Ballesta, 4, fue convertido por casi medio centenar de artistas, entre actores, guionistas, directores, autores, etc., en un espacio escénico donde las celdas del lupanar se convertían en minisalas teatrales donde se representaban distintas funciones bajo el denominador común de la prostitución de no más de 10 minutos de duración y con no más de media docena de espectadores. En total se trataba de trece obras que se situaban en escena simultáneamente durante tres horas cada día, abarcando todos los géneros del teatro. Lo que empezó siendo una iniciativa lúdica bajo patrones ajenos al teatro tradicional y a las prolíficas salas alternativas, se convirtió en todo un reclamo escénico. Tanto que la necesidad de mantener la iniciativa de forma permanente y mas allá de una aventura creativa fue tan patente que el nacimiento de Microteatro por Dinero estaba cantado.

Si el embrión se gestó en un burdel, la criatura nace en una antigua carnicería en la calle Loreto y Chicote. Con el mismo formato original se representan, en cinco habitaciones de no más de 20-25 metros cuadros, situadas en el sótano (otrora almacén) y a las que puedes llevar tus bebidas, cinco espectáculos diferentes seis veces al día en formato de sesión continua y todas ellas girando alrededor de un leitmotiv. El espectador elige qué quiere ver, cuánto tiempo pasa en el teatro, cuánto gastar. Eso sí, debe estar pendiente al timbre que avisa del inicio de la sesión correspondiente a la vez que las pantallas, que se sitúan en la zona de bar, señalan la sala y función. La capacidad máxima es de quince personas, lo que nos da una idea del cuasi contacto entre el actor y el público, lo que propicia un intimismo sensorial y emocional sin dimensiones.

El tema cambia cada mes a mes y éste, coincidiendo con Madrid Fusión, la relación teatro-gastronomía era inevitable bajo la denominación 'Por mis fogones', degustación de cóctel incluida.

Desde mañana, 10 de febrero, los espectáculos pivotaran en torno al sexo. Pero en Microteatro por Dinero tienen cabida otros microespectáculos: musicales, proyecciones, infantiles, exposiciones e incluso actividades formativas... que hacen de este lugar un novedoso referente artístico en el centro de Madrid.