JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 30/09/2019

LAGARTIJA NICK no permiten que nos acostumbremos. Para ellos, el "más de lo mismo", tan funcional y contemporáneo, no figura en su decálogo, y la capacidad de sorpresa nunca se agota al estrenar un trabajo. Esta vez, partiendo de textos de Jesús Arias, han preparado una obra monumental que huele a napalm y radioactividad, y que deja en la boca el sabor amargo y seco del horror: el de la lluvia de bombas como nuevo diluvio universal. 'Los Cielos Cabizbajos' se edita estos días, y tras su escucha, en disco o directo, solo cabe el silencio.

- ¿Lo de la "zona de confort" les resulta completamente ajeno, no?

- Lo nuestro es la zona de conflicto, un conflicto de ideas que se superponen y complementan, que se repiten y que se alternan. Nunca nos habíamos metido en un lío tan grande, nos ha llevado más de un año y medio dejar el trabajo terminado.

- ¿O es el reflejo del mundo que nos ha tocado vivir?

- El mundo cambia rapidísimamente y al mismo tiempo no cambia nada, avanza tecnológicamente pero la crueldad se practica como antaño, cambia filosóficamente pero preferimos desaparecer como especie a cambiar los sistemas de gobierno que están masacrando el planeta. El futuro no será un planeta más limpio, seremos nosotros adaptándonos a la basura y a la guerra sin fin.

- Nos han acostumbrado intermitentemente a trabajos completamente fuera del pitido del sonar, ¿éste es el más ambicioso?

- Hemos puesto todo nuestro talento y esfuerzo en superarnos ante los retos que se nos han presentado, por un lado todo el trabajo musical con la Orquesta de la UGR y el Coro de Cámara de Granada y por otro el altísimo nivel de los textos, las letras son realmente extensas y no queríamos quitar ni una coma, lo que nos ha hecho explorar muchísimo en la producción del disco.

- ¿Podríamos hablar de él como "la ruta de las bombas"?

- "La ruta de las víctimas", diría yo. Es un disco que mira a todos los continentes y a todos los contenidos de la guerra. Musicalmente hay acercamientos a África, a la música electrónica de Wendy Carlos, que tanto le gustaba a mi hermano, a las vanguardias de la música clásica de principios de siglo, al punk. Hemos acompañado y envuelto a los sonidos de la destrucción.

- Se me han quedado fuera devastaciones como las de Colonia, Hamburgo, Pionyang, Dresde...

- Jesús había escrito sobre un montón de ciudades y una buena cantidad de apuntes, pero en 'Los Cielos Cabizbajos' hemos atendido también a los otros conceptos paralelos que él también trató, como es el caso de la influencia de la religión en todos los conflictos, sus metáforas sobre el mar, sus citas a Lorca, etc.

- ¿Es "el horror', el horror", de 'Apocalypse Now'?

- Es la fascinación y la compasión ante el horror al que se enfrentan las poblaciones en guerra. Este trabajo no deja de denunciar la maldad humana, su evolución en el tiempo, la frustración eterna ante las injusticias. Son ideas eternas que no por conocidas dejan de tener actualidad; la colaboración en dos temas de Jon Sistiaga va en ese sentido.

- Recuerdo discos "conceptuales" en castellano como 'Mundo Demonio y Carne' (Brincos) o 'Los 4 jinetes del apocalipsis' (Aguaviva, ¡con mención también a Hiroshima!)... ¿Incluiríamos 'Los Cielos Cabizbajos' en esta serie?

- Totalmente, es un disco en esa tradición. Los textos se podrían intercambiar entre las canciones y seguirían diciendo lo mismo, musicalmente también tiene algunos guiños que se repiten. El imaginario del álbum está marcado por las guerras del siglo veinte donde no parece que se haya salvado ni un solo país del mundo. Es un disco sin fin.

- A Jesús desde siempre le llamó la atención y le motivó el terror de las lluvias de fuego. ¿Por qué piensan que esas páginas de la historia le impactaron tanto?

- Creo que él podía sentir y oír el grito de las víctimas, conectar con su dolor. Aparte de esa alteridad toda la obra de Jesús es un anticipo de la muerte, esa experiencia es la que más le interesa contar, lo mismo cuando narra su dolor que cuando lo contextualiza en las víctimas, que como él son poetas de fuego.

- Jesús en directo siempre llevaba sirenas y luces estroboscópicas de alarmas... ¿Es la iluminación inquietante que alumbra de este trabajo?

- Tanto que la puesta en escena se basa en ese concepto de la iluminación cenital como representación de la devastación que cae del cielo. Las recreaciones de ruidos de aviones y sirenas conecta con esa idea de romper el lenguaje de la música o la poesía con las formas más expresivas.

- ¿Sigue quedando material inédito en sus archivos?

- Con el material inédito que ha quedado podríamos hacer una reedición de cuatro discos de 'Los Cielos Cabizbajos'. Hay mucha música suya por rescatar, mucha poesía por editar; como ejemplo, en este año la Casa Museo Federico García Lorca edita su poemario 'Un jardín contra tu nombre'. Quedan muchos ensayos inéditos, infinitos artículos de prensa, la traducción de la bio de Strummer, etc.

- Desde su primera puesta en escena ya iba con cuerda y coros, ¿cómo han ido trabajando el paso definitivo al disco?

- Haber presentado algunas de las canciones en el concierto del año pasado en el PTS con la ayuda de la Universidad nos guió. Hemos trabajado con los arreglos orquestales de David Montañés, con la experiencia de Jorga Morata con el coro, así que hemos estado muy bien acompañados tanto personalmente como musicalmente por ellos.

- Está hecho obviamente para ser "representado" en vivo en una sola función integral, ¿o contemplan parcelarlo para conciertos estándar?

- Ya hay varias actuaciones firmadas, de hecho lo presentaremos el día 20 de septiembre en el Mercat de Música Viva de Vic, en Sevilla en octubre y Madrid en noviembre. Es como mover a Moby Dick por toda España. Las canciones se adaptan a cualquier formato, aunque la experiencia más relevante es oírlo con el formato de veintitantas personas sobre el escenario.