JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 05/07/2018

Si hace unos días la Brigada Bravo & Díaz traía al FEX un sonido inaudito sobre el cancionero bélico del pasado siglo, ahora el trío NES le da también una vuelta a los estereotipos sonoros y las clasificaciones taxonómicas de la música. Y si aquellos eran dos, NES solo es un trío, en ambos casos apoyados por la tecnología, sea museística en los madrileños y contemporánea en los valencianos. Levantinos, sí, del mix-barrio de Ruzafa, aunque ya desde la cuna Nesrine Belmokh, Matthieu Saglio y David Gadea aseguran muchas sangres por sus venas. El proyecto toma el nombre de las tres primeras letras del nombre de su cantante (y también chelista) francoargelina, que ha formado parte también de la West Eastern Divan Orchestra de Daniel Barenboim y ha actuado con el Circo del Sol.

El jazz, la música arabigo-andaluza, el soul, la africana, la chansón, el funk... todo ello forma parte del cuerpo sonoro de esta marca que pone el vello de punta por la emoción, el lirismo y, sin solución de continuidad, la fuerza que despliegan. Del virtuosismo todo terreno de Saglio "el chelista de las mil voces" como le llaman, ya teníamos noticias en otro trío: Jerez-Texas, mas orillado al flamenco marciano, y en este proyecto se apoya en unos loops para terminar sonando como una "autoorquesta" de chelos casi. Pero aquí la voz de Nesrine centra la atención, por sus capacidades conmovedoras, emocionantísimas cuando el volumen sonoro se reduce, a directamente "movedoras" con un groove físico e imparable cuando nos vamos al rojo. Todo bañando en feeling, sea en el idioma que sea, inglés, francés, árabe... Y por último también le da la réplica a su compañero cuando abraza su violonchelo en duelos amigables. El colorista Gadea pone el resto, siendo además el encargado del pulso, el timbre hasta geográfico, y de que la sesión tenga la presión adecuada en cada momento a las intenciones de cada pieza.

Y todo esto, construyendo un trabajo al que no se le notan las costuras espacio-temporales, que suena natural, homogéneo alejado de cualquier tipo de exhibicionismo, y en el que las ejecuciones virtuosas no son más que un medio para comunicar emociones. Verbalmente en ellos insisten también, dedicando la que lleva el nombre de la cantante Cheikha Rimitti, a "todas las mujeres libres y a las que lo serán". 'Ahlam' es su única referencia hasta la fecha, editada este mismo año por la prestigiosísima compañía alemana ACT, lo que da buena medida del alcance de sus piezas, todas las que sonaron en el FEX, con ese regalo en forma de 'Ain't no sunshine' al final y una cita al 'Summertime' de remate, muy estival todo. Ante la casa de vacaciones de la familia Lorca, asistimos una sesión de mesmerismo más que a un concierto estándar, porque NES es hipnotismo puro. Y no, no es fruto de nuestra imaginación, sino de la suya.