JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 28/06/2018

Cuando la cervecera granadina distribuía sus "quintos" con la Alhambra y el Veleta serigrafiados al fondo, a un duro el par de selecciones en la máquina de discos sonaban las canciones de LOS ÁNGELES. Así sucedían las cosas en la Granada de los sesenta, y medio siglo después nuevamente pasan. Los botellines son iguales y las mismas canciones suenan otra vez, sólo que esta vez en directo, con ellos presentes y no en rockola, pickup ni comediscos. Es la campaña 'Volver', y solo faltó cobrar en pesetas.

El mes de abril la cervecera lanzaba esta iniciativa retro con motivo de la edición limitada del diseño de su botella de 1964. Con este idea la marca ha querido "homenajear a su ciudad e invitar a sus paisanos a regresar a las emociones, a las sensaciones que despiertan los recuerdos del pasado", dijeron, a la búsqueda de "una conexión irrompible entre distintas generaciones del ayer, del ahora y del mañana".

Y todas ellas se dieron cita en la sala Prince. Los Ángeles son ahora un quinteto que, tras la pausa biológica de "El Patriarca", ha quedado al mando de Carlos Álvarez y Popi González, junto con Carlos Muñoz, Víctor Castella y Dani Levy, sangre fresca que le inyecta un chute de alegría al estético pop coral característico del grupo.

Lo primero es que llama la atención del veterano combo es la gran cantidad de canciones que han incorporado al inconsciente colectivo y perviven incrustadas en nuestros genes emocionales, cuyos floridos arreglos vocales, se mantienen lozanos y primaverales: 'Mañana', 'Una vez juré', 'Cada día', 'Jenny' en clave muy fronteriza, 'Lo mucho que te quiero', 'Raquel', 'Mónica', 'Abre tu ventana', el 'Escápate' original de Georgie Fame, 'Una vez juré' del sanfrasciscano Scott Mckenzie, '98.6' de Keith o el 'Dime, dime' nada menos que de Amen Corner...

Y eso que nos quedamos sin saber cómo hubieran evolucionado, que al parecer era hacia una suerte de Crosby, Stills, Nash & Young mediterráneos. Y ahí estuvo en el escenario José María Guzmán, que sí perteneció a la traslación ibérica de los gringo/canadienses (CRAG), para ejemplificar como hubiese sonado 'Momentos' después de 1976. Luego volvería intermitentemente en plan super beat."El pop y el rock nacieron en Granada", dijo, "con Los Ángeles y Miguel Ríos", certificó.

El añadido de Lapido con un 'Cada día' completamente roquerizado, incorporando el crujiente quejío de una Grech (¡sin su Gibson color guinda!) fue una nueva redimensión de otro estándar angelino. Cerrando los ojos perfectamente se los imagina uno en cualquier festival veraniego, compitiendo con sus "nietos" competitivos, recrudecidos y potenciados.

Y siendo el concierto precisamente en esa sala Prince, no se puede olvidar el primer homenaje que la música de Granada le dedicó ahí a este grupo, aquel concierto que dio pie a un disco colectivo agradeciendo el legado. Allí estuvo promoviendo la idea el incansable Antonio Arias, "Nuestro Bowie particular", como dijo Popi, que se reservó la misma canción que tocara aquella noche: 'Nada va a cambiar el mundo'.

Y es que cuando se deschapa un botellín de los de toda la vida, uno se pone "en modo Proust" y se descubre cantando "todos los momentos que pasé junto a ti, han pasado a ser recuerdos de cuando fui feliz". Que era de lo que se trataba, entonces y ahora.