KINA JARAÍCES  |  Madrid, 24/12/2017

El telón blanco sube lentamente. Imposible no recordar que hace casi 30 años una adolescente esperaba nerviosa ver su primera función de teatro: 'La casa de Bernarda Alba', de Lorca. Su obra y escritor preferido. "Bájate la falda, pareces una pilingui". "Eres la única niña, tú serás la que tengas que cuidar de tu tío" (risas masculinas de fondo). "Los chicos solo quieren una cosa y no debes dársela. ¡Nunca!". "Las chicas no aprenden a cazar". "Ayuda a tu madre a recoger la mesa". "Tu hermano puede llegar tarde porque es un chico. Tú no".

He soñado tanto con ser hombre en mi siguiente vida que se me ha olvidado el número de veces que se lo he rogado al universo.

El telón blanco ya está arriba. 'ESTO NO ES LA CASA DE BERNARDA ALBA', dirigida maravillosamente por Carlota Ferrer, planta en escena a una mujer y ocho hombres interpretando los papeles femeninos de la última pieza de Federico, la que terminó unos meses antes de ser fusilado. Su protagonista, Bernarda, ahoga la vida de sus 5 hijas porque, para ella, la única manera de sobrevivir es apartando los sentimientos y ejerciendo el poder.

(Bernarda): "en ocho años de luto, en esta casa no entrará el viento de la calle. (...) Si quieres llorar te metes debajo de la cama. (...) ¡Hasta que salga de esta casa con los pies adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro!"

Todos visten de luto debido a la muerte de su padre. Todos menos Adela, la hija pequeña. La que se revela. La que sueña. La que vive.

(Adela): "yo no aguanto el horror de estos techos después de haber probado el sabor de su boca, el que me lleva a los juncos de la orilla".

La danza, la música, la poesía y los audiovisuales hacen de hilo conductor a esta conocida historia en la que Lorca habla a través de sus mujeres protagonistas para evidenciar el papel de estas ante la opresión dominante y el miedo al que son sometidas.

(Poncia): "una tormenta en cada cuarto. El día que estallen nos barrerán a todas..."

Esta versión libre de Ferrer y José Manuel Mora es una matrícula de honor en todo: en interpretaciones (Eusebio Poncela como Bernarda, Jaime Lorente como Adela, David Luque como Angustias, Arturo Parrilla como Magdalena, Diego Garrido como Martirio, Óscar de la Fuente como Poncia, Guillermo Weickert como Criada y Julia de Castro como Amelia), en iluminación, en vestuario y en puesta en escena hasta en los saludos finales.

(José Manuel Mora): "porque el miedo de las mujeres os pone. Os la pone dura".

Mientras cae el blanco telón recuerdo la frase de un amigo el pasado sábado. Feminista, según él: "Si esperas conocer a un hombre masculino y a la vez sensible te deseo buena suerte. Jamás lo vas a encontrar". Mi brazo derecho tiene señales de las uñas de mi mano izquierda. El pecho me duele de tanto llorar. Mi piel, erizada, aún sigue con escalofríos. Me levanto y aplaudo hasta que me duelen las palmas de las manos.

Esta no es La casa de Bernarda Alba. No. Esta soy yo.

Y tú.

Federico García Lorca: "yo busco la belleza en la oscuridad".