ARTISTAS, GRUPOS...:
Gary McKendry | Clive Owen | Robert De Niro | Jason Stathan | Dominic Purcell | Yvonne Strahovski | Adewale Akinnuoye-Agbaje | Matt Sherring | Ranulph Fiennes
GÉNEROS, ESTILOS...:
SALAS, FESTIVALES...:
Festival de Toronto | Cines Girona
SELLOS, DISTRIBUIDORAS, EDITORAS, PROMOTORAS...:
DeAPlaneta | Omnilab Media | Ambience Entertainment | Current Entertainment
La tensión está bien administrada pero pretende abarcar demasiado y la información se pierde en una trama de conexiones complejas.
Mercenarios que espían a otros mercenarios. Espías que asesinan a otros espías. Entre una cosa y la otra (o en mitad de la nada) están 'KILLER ELITE' ('ASESINOS DE ÉLITE') que dirige Gary McKendry.
Su inicio es magnífico y trepidante. El uso de la cámara al hombro en las escenas de acción resulta correcto sin más. La producción de la película es excelente y gestiona de manera ejemplar la larga lista de localizaciones empleadas en su narración. La tensión está bien administrada pero pretende abarcar demasiado y la información se pierde en una trama de conexiones complejas.
Estamos ante otra de esas películas que buscan tapar los evidentes agujeros de su guión con la presencia de algunos rostros reconocidos por méritos propios.
Clive Owen sigue demostrando con multitud de registros por qué es uno de los actores más en forma del panorama actual. Y qué más se puede decir del infatigable Robert De Niro, que no teniendo bastante con sus planos se come también la cámara y a los pocos espectadores que todavía pelean contra un segundo acto cuyo ritmo e intensidad hacen bajar los brazos y los párpados del espectador más generoso.
De todos los lastres que carga la película, el más pesado recae sobre su protagonista. Su leitmotiv es tan flojo como el actor que le da vida: Jason Stathan, que tiene la misma expresividad que el cartón del rollo de papel higiénico.
Pese a contar con una pelea a tres filmada con gran oficio, el tercer y (por fin) último acto pone en evidencia todas las carencias dramáticas de este thriller de acción reciclable y fácil de olvidar. El happy end de manual cierra una historia de amor tontorrona y sin chicha. Al tostón le sobra de todo, incluso metraje. Inevitable salirse de un filme cuyo argumento no te invita a entrar.
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Prometemos no ponernos pesados... ;)
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