VALLE  |  Jaén, 17/12/2019

A veces no hay disfraz de gigante para cazar estrellas. A veces, la autenticidad del arte se encierra y anhela mientras conversa en las tabernas sobre otra época en la que la vida no te daba las herramientas y, de las estrellas, solo podías seguir, con lenta mirada, su estela.

A veces, solo a veces, cuando ya nadie te espera, el tren vuelve a parar en tu puerta y, en el firmamento, se abre la veda. Entonces, en lugar de preguntarte que dónde voy yo a mis setenta, bajas a la trastienda y lo encuentras. Te lo pruebas y compruebas que el disfraz de gigante, el que hace del cante arte, te sigue quedando como un guante y, con el tiempo, ahora es de seda.

'Mi cante y el tiempo' es el soñado disco de JOSÉ ROJO PADRE. Un primer trabajo tan ilusionante como juicioso, sazonado con mucha experiencia, duende y el enorme talento de un señor que tuvo que elegir situarse a la sombra de su hijo y que, aún sin creérselo, se engaña definiéndose como un aficionado. Un álbum con el que podréis ver como bailan los caballos jerezanos cuando escuchéis los 'Abandolaos de Córdoba', con el que la fuerza del sentimiento os invadirá por 'Petenera' evocando a La Niña de los Peines, que os alegrará por 'Tangos' que huelen a Extremadura, que os llenará de nostalgia y os transportará al Albaicín en 'Milonga y Granaína', que os deleitará al máximo con la solemnidad del arte jondo en mi canción favorita 'Malagueña', que, en 'Caña', os descubrirá el tronco más primitivo de los cantes andaluces de una forma distinta pero igual de magistral a como lo hiciera Antonio de Mairena y que, casi como si fuera una jarcha mozárabe, os emocionará con los 'Fandangos Naturales' que ya cantó Camarón.

En la parte instrumental, José Rojo padre ha contado con las lúcidas colaboraciones de Alberto Garrido Jamboku y Jorge Cano en percusiones varias, de Juan Jaime Ruiz Leite al contrabajo y de David F. Castro al bajo eléctrico que, además, con enorme sensibilidad e intuición, se ha encargado de la grabación, mezcla y masterización de este disco en su estudio Bomtrack Records. No obstante, lo sublime, lo divino, lo impresionante, una vez más viene del toque de su hijo José Rojo que, en la actualidad, es, sin duda, el mejor guitarrista de flamenco. Sobre él, no puedo hablaros mucho en este formato porque me es imposible hacerlo en prosa. Tal vez sea porque, aunque en lugar de palabras acaricie cuerdas, también es, sobre todo, uno de los mejores poetas que he conocido.

Con perfecta afinación, excelente entonación, timbre claro, embrujo y mucha inspiración, José Rojo padre consigue que 'Mi cante y el tiempo' sea un trabajo que satisfará a los puristas e iluminará a los vanguardistas, que encantará a los entendidos y gustará a los que no sienten el flamenco. Este disco podría ser la ambrosía y el néctar que alimente, haga crecer al alma y la eleve colosal al cielo. Por eso, tenéis que escucharlo. Porque a veces, a veces no hay disfraz de gigante para cazar estrellas.