JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 11/10/2011

Ellos mismos lo dijeron: "estamos viviendo un sueño gracias a vosotros", agradeciendo que en el Planta Baja no cupiera un alma, y eso que las almas ocupan menos que los cuerpos. Siempre es muy grato poder relatar que un grupo de Granada triunfa en casa, ya que al contrario que en los deportes, en esto el jugador numero doce juega casi siempre con los de enfrente. Lleno por tanto en el Planta Baja para NAPOLEÓN SOLO hasta casi comprometer la supervivencia de los espectadores, ya que en esas condiciones media hora de retraso se nota mucho. Los de Alonso Díaz ejercieron de propietarios de la noche sin compartir el escenario, ni por delante ni por detrás. Y después de un año a presión viendo mundo, tampoco lo necesitan.

Con una sintonía que recuerda la intro del 'Baba O'Riley', el grupo asomó a contraluz (bueno, en el Planta casi siempre se está a contraluz) de espaldas y con el definitivo batería que sustituye al "padrino" Eric Jiménez. En el centro, Alonso fue también el eje visual del show, y no le viene grande el traje ya que tiene porte de supertalla, se sabe que concentra las atenciones, se realimenta con ellas y maniobra con actitud de veterano: cuesta imaginarle en otro oficio.

Desde que salió su 'Napoleón Solo en en la Ópera' hasta hoy han crecido, y no es lenguaje figurado: bajo los focos han ganado en prestancia, saber estar y seguridad. Incluso tienen sus pequeñas coreografías montadas (todos de espaldas con el público al fondo debiera ser su foto oficial) así como ha ido dando cuerpo a un repertorio que tampoco se ciñe a un solo disco, hacen avances ('Desastre nº1' o 'Antes de que ocurriera') y recuerdan su homenaje a Carlos Berlanga ('Cebras'). Eso en cuanto a cantidad, en lo tocante a calidad ajustan su desbordante fantasía a las limitaciones prácticas del directo, reconcentrando los caleidoscópicos arreglos grabados en función de su eficacia, y en ocasiones algunos pasajes afectados de cierta endeblez maistream (sector púber: ¿los hermanos Herrero Pozo?) reaparecen bien artilladas de guitarras y hasta distorsión como para recauchutar algunas pérdidas de aire.

Si todo esto ha sucedido en poco más de un año, Napoleón Solo pueden desprenderse ya del apellido "grupo revelación", no necesitan paracaídas, vuelan solos pero muy bien acompañados.