JUANMA CANTOS  |  Madrid, 26/11/2010

La iniciativa San Miguel Primavera Club sigue regalándonos heterogéneos y buenísimos conciertos durante esta semana en Madrid y Barcelona. Durante el jueves 26, segundo día de actuaciones, en lo que a Madrid respecta, brillaron con luz propia varios nombres -de The Jim Jones Revue hablaremos en una próxima crónica- como los del siempre elegante LOU BARLOW y como el del torbellino etílico llamado EAT SKULL (en la foto).

Hora muy temprana, las siete de la tarde, para el comienzo de un concierto, pero, aún así, fueron muchos los que se acercaron al Neu!Club de la sala Galileo Galilei para ver al músico que ha jalonado su trayectoria con su presencia en grupos imprescindibles del indie de los 90 como Dinosaur Jr., Sebadoh o Folk Implosion. Ante un imponente silencio, muy de agradecer cuando se trata de un concierto tan intimista y dulce como el que ofreció el de Ohio, el resultado fue realmente bonito, y mucho más conforme Lou Barlow iba avanzando por entre canciones tan fantásticas como 'Beauty of the Ride', 'Together or Alone' o 'Soul and Fire' (de su etapa en Sebadoh), 'Imagination Blind' (de Dinosaur Jr.) o 'Legendary'.

La parte final del concierto la reservó para "peticiones del oyente" y preguntó a los presentes qué querían que cantase. Comentó que, habitualmente, le pedían canciones de los Beatles o de Dylan, pero que no era el momento. Accedió, cómo no, a las sugerencias y tocó 'Think (Let Tomorrow Bee)' también de su etapa en Sebadoh, 'The Ballad of Daykitty' y se despidió, con ganas de haber dado más, mirando de reojo al representante de la organización que le indicaba que terminase, con los pasajes más country de todo el concierto en 'Holding Back The Year'. Él mismo lo comentaba con gracia durante el concierto: "Sólo tengo canciones tristes o más que tristes". Sí, pero deliciosas.

Tras una larga pausa aprovechada por el público presente para un "refrigerio" por las tabernas cercanas, EAT SKULL subieron al escenario mucho más moderados y menos ebrios que en su concierto de la noche previa en el Nasti, aunque bien rodeados por un arsenal de tercios de cerveza de la marca patrocinadora del evento que no tardaron en ser abiertos y degustados por los de Portland. Practican una divertidísima mezcla de lo que vendría a ser (¡¡cómo explicarlo!!) un arty-punk garagero con influencias del indie-rock (¡¡ahí es nada!!), pero es que lo de estos cinco músicos es amplio de miras, bien hundido en las raíces del rock americano y con querencia por el ruido, la distorsión y la juerga... ¡Y vaya juerga! Completan su concierto sin concesiones al conformismo, utilizando la distorsión como arma arrojadiza, bajando a bailar y a cantar por entre el público, como hicieron, por ejemplo, en su tema 'Did you really think'. Visiblemente ebrios (o haciéndose más borrachos de lo que en realidad estaban, quién sabe), dejaron momentos intensísimos plasmados en temas como 'Heaven's Stranger', con la que comenzaron como un tiro, 'Dawn In the Face' o 'Cooking a way to be happy', de su segundo disco, 'Wild and Inside', o 'Fade To Smoke', 'Punk Trips' y 'Schredders on Fry', del primero, 'Sick to Death'.