JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 22/08/2010

El cantaor JUAN PINILLA pertenece a una joven generación de artistas granadinos que está dando mucho que hablar; cantaor deslumbrante y comprometido, es igualmente un buen aficionado a la literatura y las artes, algo que lo ha llevado a incorporar al flamenco por primera vez figuras como Groucho Marx, Nietzsche, Francisco Umbral, Atahualpa Yupanqui o Chavela Vargas. En agosto de 2007 ganó el concurso internacional de Las Minas de La Unión, con el premio Lámpara Minera 2007, considerado el galardón flamenco más importante del mundo. Anoche fue la estrella del tercer Festimed de Torrenueva (Granada) junto con Maui y Los Sirénidos.

- Va a cantar a un festival de música mediterránea, ¿algún repertorio especial "mirandoalmarsoñé"?

- Algunas de las mejores letras del flamenco o de los mejores estilos se han hecho mirando al mar. El Mediterráneo y todas sus músicas tienen que ver con el flamenco en todo o en casi todo. Diferencias lingüísticas y sociales son las únicas que hay de por medio. En esencia y en corazón es lo mismo. Por supuesto me voy a basar más en los ritmos y aires que surgen en ese flamenco que evolucionó mirando al mar.

- ¿Piensa como los clásicos que la voz se pule al whisky o cree que, como en el jazz, se hace uno estudiando y trabajando?

- Hay mucha distancia entre el lirismo y la realidad. Eso del whisky queda muy artístico y puede tener su base lógica, cierta, pero el estudio y la dedicación, ya lo dijo Antonio Gades, la disciplina, es fundamental en la mejora del artista, en el avance. De eso todavía no nos hemos dado cuenta.

- Si Morente tuvo su 'Omega', ¿Pinilla tendrá alguna vez su "Alfa"?

- No sé como se llamará, pero intento ir en la línea de Enrique, la línea del conocimiento, de la profundización como eje central, como pilar sobre el que luego sustentar tu propia creación. Enrique es inalcanzable, pero sigo ese camino, las estelas que él ha dejado y busco mi propia forma, algo con lo que me identifique y me identifiquen, una comunión entre la protesta, la poesía, lo profundo y lo que se hace "por derecho" (risas).

- Lady Obama bailando en el Sacromonte... ¿el mejor clip promocional para el flamenco, o los periodistas se empeñan en sacarle demasiada punta a todo?

- Recuerdo cuando vino Clinton y se le quería poner un monolito. No dejamos de ser mediocres, nos gusta mucho adorar dioses, ídolos, y de eso se encarga en buena medida la prensa. Los habitantes del Sacromonte están más que acostumbrados a cantarles a las figuras más importantes del mundo entero, para ellos eso no es novedad, ya lo hicieron en los años sesenta, y lo siguen haciendo ahora porque es un barrio único, con un arte genial. Pero en verano estamos faltos de noticias y la visita de la mujer de un presidente puede ser muy suculenta, sobre todo si se come un helado de chocolate, hay que joderse...

- Y hablando del gremio, ¿tratan bien los medios al flamenco o sólo cuando se ganan "lámparas mineras"?

- Creo que sí, que ahora existe muy buena cobertura mediática en general, aunque el tipo de periodismo que se hace no siempre sea del nivel deseado. En lo que a mí respecta, qué duda cabe que hubo un antes y un después.

- Pero usted también vive en ambos mundos, ¿cómo llevaba lo de ser juez y parte?

- Era muy contradictorio, hubo un momento en que no sabía si era un cantaor que hacía críticas, o un crítico que cantaba. No sabría decirle, no me sentía bien, sobre todo porque mi honestidad y mi credibilidad no las sacrifico, y no soy capaz de escribir más allá de lo que veo, y si eso que veo considero que no está bien, lo tengo que decir de la manera más constructiva posible, aportando argumentos.

- ¿Qué escribiría usted de lo que le cuentan de un tal Juan Pinilla?

- Que ni se compra ni se vende, que tiene un concepto de la "bondad" y de la belleza muy personal, que no tiene concepto de la riqueza material, que se desvive por su familia y sus amigos, que está obsesionado con la cultura y pierde el tiempo leyendo y leyendo, sobre todo no sé qué historias de prestigiosos economistas que dicen tonterías sobre que otro mundo es posible, otro mundo más solidario y más justo. ¡Qué chorradas hace este tío!... (risas).