MIGUEL ANTONIO HURTADO  |  Madrid, 26/03/2011

AINARA LEGARDON superaba en la sala Moby Dick, gracias a sus tablas y buen hacer, la maldición de los duendes técnicos que se confabularon contra ella (ruido rosa, zumbidos eléctricos, acoples, rotura del afinador) aprovechando la complicidad de la noche madrileña.

Los fallos sonoros quedaron en segundo plano cuando el sólido carácter de la bilbaína tomaba las riendas acompañada de un escuadrón de consolidados músicos (el bajo de Rubén Martínez procedente de Tokyo Sex Destruction, el baterista Héctor Bardisa de The Grave Yatch Club y la guitarra de Hannot Mintegia de Audience) en un derroche acústico al que la austera Ainara no nos tiene acostumbrados.

Tras la antesala del invitado (mejor que telonero) Moby Dick (sí, igual que la sala), en formato acústico y al más puro estilo grunge leñador, Ainara presentaba su último y cuarto disco, 'We once wished'. Un disco si cabe con una potencia indie reforzada que puso de manifiesto desde el contundente arranque con 'Make it mine forever', con la banda al completo, hasta 'This feeling true' (de su primer disco, 'In the Mirror') con Ainara respalda únicamente por su guitarra, pasando por 'Evil eyes' o 'Before waking up'. Obviamente, el protagonista de esta gira es el nuevo cd lleno de furia que Ainara pasea sin complejos, sin confinamientos, como una onda expandiéndose por el espacio. Temas concisos con vaivenes de susurros y estallidos de distorsiones, 'We once wished', 'You gave me', 'Hugs that won't last' o 'I left' (se quedó en el armario de la sala 'I am', el único de los diez temas recién paridos que no vio la luz de la Moby Dick).

Por la rendija, como quien no quiere la cosa, se colaron 'I won't forget' y 'The third', para los incondicionales del disco 'Forgive me if I don't come home to sleep tonight' que no son pocos y que se hicieron oír.

Bises rotundos con 'Reason', 'Thirsty', para cerrar con el eléctrico éxito que catapultó a Ainara, cuando daba a conocer su música en su debut con 'In the Mirror', 'Forget just anything', eso sí, con la sala ya plegada a los hilos que movían unas marionetas al son de las cuerdas de Ainara.