JUAN JESÚS GARCÍA  |  Granada, 02/02/2011

Granada es una notable reserva de grupos de fusión y mestizaje, todos con buena calidad de vida, actividad discográfica reseñable, intención exportable y gente en cantidad suficiente como para llenar allá por donde aparecen. SON DE NADIE es uno de ellos, capaz de levantar y poner a botar a miles de persona en el Festival del Zaidín (con Eskorzo y Funkdación tienen el record de levantar polvo) como de hacerse giras enteras por Centroeuropa. La fiesta aniversario del Patapalo, local que regentan, fue la excusa para presentar el disco que acaban, salió ayer mismo, de editar. En el mismo programa estaban Beat Klezmer y Supermate, teniendo como telonero inmediato al Mago Luismi, que no lo es porque haga trucos con cartas y conejos, sino porque las sombras chinas que proyecta con manos y cuerpo son alucinantemente mágicas.

Con una sala Tren llena hasta... afuera, refrigerado espacio con vistas reservado a los fumadores, Son de Nadie juegan a no fallar. Y la gente se lo agradece notablemente: ahora que no huele a humo se percibe perfectamente el esfuerzo de los organismos humanos al bailar. Por un lado hay que agradecer a este grupo que se aparten de la insoportable entonación del español neutro que puso de moda Manuel Chao y que gente como Dani Macaco (y a ratos Amparanoia) llevan hasta la caricatura, por el otro son prácticos e invierten en caballo ganador, y como es el caso de, pongamos que Che Sudaka, ejercen el voto útil para que no falle la apuesta, usando ritmos que el músculo del baile tiene bien entrenados y se dispara al primer compás: cumbias, ska, flamenquito, tango, timba, profusión de "chipirones", reggae... y cuando hay que subir el termostato se tumba, aunque en su caso los tumbaos son de derribo por su eficacia incendiaria.

'Ciudad Capricho', que es como se llama el disco, está bajo ese influjo habanero, y se ofrece más elaborado y climático. Si bien su lectura en directo va más a los resultados inmediatos. Comparativamente hablando llevan ahora menos "chapa" (se ha quedado fuera un saxofonista) y hay mucha más vitalidad en las guitarras y percusiones, cambio de marcha para que canciones como 'Las cosas claras', 'La señorita', 'Terminó' (con filosofía muy Rubén Blades), una 'Ciudad capricho' o 'Pa la Habana' sean rotundos ejemplares ante los que es imposible resistirse; voto útil "peropabotalmihelmano".