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SCOTT WALKER

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SCOTT WALKER

Un auténtico genio (Informe Scott Walker)

Álvaro Oliver, responsable de la sala El Intruso de Madrid, repasa la trayectoria y sus vivencias en torno a un auténtico genio, Scott Walker, recientemente fallecido, inigualable músico que contaba con declarados admiradores como David Bowie o Julian Cope.


Redactor  ÁLVARO OLIVER  |  Madrid, 07/04/2019


El 27 de febrero de 2019 me encontré en un restaurante del barrio de La Latina a Juanma Cantos. Charlamos sobre varios proyectos que nos vinculaban laboralmente y me acabó relatando las circunstancias que le llevaron a montar la revista BuscaMusica.es. Le conté que hace años tuve la oportunidad de cubrir la crónica de diversos conciertos que me interesaban y que lo abandoné por falta de tiempo, energía y ganas. Casi al acabar, le confesé una idea que desde hacía mucho me rondaba la cabeza: quería escribir sobre un artista que me había causado un tremendo impacto y estaba aguardando el momento adecuado. Su muerte sería la ocasión inevitable. Él me dijo que no esperase y me ofreció muy generosamente su espacio para que pudiera volcar mis inquietudes. Al salir de allí, apunté en mi libreta de tareas pendientes: "Informe Scott Walker". Ya no tenía excusa.


La primera vez que fui consciente de su existencia fue viendo en directo a los difuntos Pulp (2001) interpretando su último disco: 'We Love Live'. Todos los presentes esperábamos esas irresistibles y frenéticas melodías propias de la banda británica y, a cambio, descubrimos un repertorio sereno e introspectivo que desembocaba en pasajes más épicos pero realmente creíbles y conmovedores. Me impresionó. Una legendaria noche de vino y rosas, rememorando aquel directo, mis amigos Txupo y Tato me informaron que un "auténtico genio" llamado SCOTT WALKER fue el productor de ese disco y la conexión me resultó incuestionable.


26 días después de mi encuentro con Juanma, mi hermano me mandó un mensaje de un periódico con el siguiente texto: "muere Scott Walker, cantautor tremendo, vanguardista feroz". Esa misma noche, Jarvis Cocker (líder de Pulp) colgó el siguiente texto en una de sus redes: "Scott tiene la llave que abrirá tu mente". Esa es la misma experiencia que yo viví cuando descubrí su música. Gracias Jarvis, gracias Txupo, gracias Tato. El círculo se cierra.


Scott ha mutado a través de casi todos los registros posibles de la música. Para alguien que no lo conozca es difícil explicar cómo un artista puede transitar del pop masivo para adolescentes cuando militaba en los Walker Brothers (64-67), a la introspección camuflada de música orquestal (67-70), y finalmente, a punta de lanza de la vanguardia (78-2019). Resulta casi imposible pensar que Justin Bieber se pueda convertir en el próximo Aphex Twin. Pero las cosas suceden por algo. Sin duda un camino muy enrevesado y complejo. Entre medias de todos esos procesos hubo mucho silencio. Scott renunció al destino que todos esperaban de él y antepuso sus inquietudes artísticas a las mieles del supuesto "éxito". Se hastió de ser una simple ficha en una cadena de producción.



Junto a los Walker Brothers adquirió una tremenda popularidad con piezas de pop meloso y baladas de tono melodramático saturadas de arreglos de cuerda que enloquecieron a una legión de fans. A mediados de los 60 llegaron a tener un club aún más numeroso que el de los Beatles, y eso, es decir mucho. Su aspecto frágil, su seductora voz de barítono y aquella imagen de dios griego, provocaron que los conciertos duraran escasos minutos ante la incapacidad para competir con el volumen de los gritos que generaban los incondicionales. Él, lejos de sentirse adulado, se mostró incómodo y ajeno a todo aquello. No me lo imagino hoy en día desnudando su alma en las redes: "Pues me he levantado y estaba nublado, y estoy desayunando una tostada de aguacate caramelizado acompañada de huevos escalfados. Las reglas están hechas para romperse".


Una noche de 1966 descubrió al gran crooner Jacques Brel y eso le supuso toda una revelación. Según sus palabras: "sonaba mucho más real que todo lo que yo había hecho". Se aventuró a interpretar sus temas y así arrancó una exitosa primera etapa como solista donde su voz sonaba más templada y madura: 'Scott'(1967), 'Scott 2' (1968), 'Scott 3' (1969) y 'Scott 4' (1969). Brel catalogaba sus discos de la misma manera.


En esa etapa compuso monumentos pop llenos de belleza, magia y misterio ('Boychild', 'It's Raining Today' o 'Such A Small Love') y ya se percibe un tratamiento de la cuerda alejado de los artificios pomposos y edulcorantes del sonido de Burt Bacharach y Phil Spector tan del gusto del Swinging London. En sus arreglos sostiene una nota durante 16 compases produciendo un efecto hipnótico, desasosegante e intenso muy cercano a la abstracción. El espíritu de compositores clásicos revolucionarios como Ligeti y Sybelius deambula por aquellos arreglos.


Las canciones todavía tienen sentido por sí mismas aunque ya se empiezan a anticipar los tonos oscuros que se consolidarían en los años posteriores. Se ha iniciado la transformación. Por cierto, estos temas arriba citados fueron seleccionados posteriormente en un gran recopilatorio que publicó la estrella del post-punk y fan confeso Julian Cope, y que permitió darlo a conocer a toda una nueva generación y sacarlo del destierro: 'Fire Escape in the sky: the Godlike Genius of Scott Walker'.


Me resulta increíble que tanto público como crítica dieran la espalda al disco que, en mi opinión, simboliza la cumbre de su belleza decadente: 'Scott 4'. Disco compuesto íntegramente por canciones suyas. Cada vez que lo escucho me pierdo en él, una y otra vez...


Motivado por aquel descalabro comercial, reunió a sus antiguos compañeros de filas con el compromiso de publicar tres nuevos álbumes. Ante la escasez de ventas de los dos primeros ('No regrets' y 'Lines') y sabiendo que su compañía no pensaba renovar un nuevo contrato, Scott se desata y deja volar su imaginación en las cuatro piezas que compuso. El disco póstumo de los Walker Brothers ('Night Flights') supone el giro definitivo y se alinea a los nuevos sonidos electrónicos que asomaban en aquel Berlín gris de los 80. La recreación de atmósferas pasaba a un primer plano y su voz sedosa se vuelve grotesca. Este nuevo lenguaje convulsionó a propios y extraños y supuso la carta de despedida de la banda. El mundo no estaba preparado para tal desafío.



En 'The Electrician' (1978) Scott toma la figura de un electricista cruel que disfruta torturando a la gente. Según sus propias palabras, "una critica a los Estados Unidos y sus continuos abusos a Sudamérica". Parece que no hemos aprendido nada, ¿verdad?. Un tema con espíritu de banda sonora cuya textura sonora inicial recrea una atmosfera futurista digna de 'Blade Runner'. El gran productor Brian Eno la describiría como pop extremo.


Tras un largo silencio llega 'Tilt' (1995) y sube la apuesta a todo o nada. Definitivamente se vuelve desasosegante y árido. Es el preludio de su ruptura definitiva con las armonías. Un viaje en el tren de la bruja. Su voz se asoma para acentuar el silencio que tan bien conoce. Una voz exenta de clichés falsos y trucos técnicos. Da la impresión de que encontró la verdad que pareció toda la vida ir buscando.


En el brillante documental producido por un declarado admirador suyo como fue David Bowie ('30th Century Man'), nos muestra por primera vez escenas de sus métodos de grabación insólitos: dos guitarras, una afinada y otra desafinada, sincronizadas entre sí; percusiones retumbantes e incluso samples sacados del rebuzno de un burro (creí escuchar la voz de varios políticos en pleno debate electoral).


Sin duda, es un intrépido explorador. El empeño por intentar analizar esta postrera etapa es estéril. Sus últimas obras no son discos que uno pueda revisar todos los días. Su creación final, 'Big Bosch', es un perturbador homenaje visual al tremendo genio holandés: El Bosco. Ambos artistas golpean las tripas y retan al espectador a dejarse llevar hacia un territorio inhóspito e indescifrable.


Por último, me gustaría reivindicar su figura de autentico songwritter y poeta. El lenguaje importa y así lo expresó en sus escasas entrevistas: "tienes que sentir el fenómeno de las palabras". Importa la experiencia emocional por encima de todo. Sus composiciones ofrecen infinitas lecturas, su inspiración recurre a imágenes caleidoscópicas de verdadero impulso poético: "He llegado lejos de cadenas, metal y piedra / desde diseños improvisados y buscando una estrella / para agarrar la verdad / para mantenerme el calor".


En estos días se está compartiendo una grabación en la que Scott felicita a David Bowie por su 50º cumpleaños. El Duque Blanco, visiblemente conmovido, responde: "Esto es asombroso. Veo a Dios en la ventana".


Espero que ambos se hayan reencontrado en la Estrella Negra.



Extracto de 'Angel of Ashes' ('Scott 4')

 

El Ángel de las cenizas
devolverá tus pasiones
una y otra vez

 

Su rayo de luz
atravesará la oscuridad
y te tocará amigo mío

 

Volarán en un baile mental
y te cegarán con alas
envueltas en llamas

 

Si quedas reducido a un eco
Ellos solamente recordarán
tu nombre

 

En la oscuridad inquebrantable
donde el vacío se vacía
solo

 

'Boy Child' ('Scott 4')

 

Perderás tu camino
Llevas a un niño a hombros
Llévatelo lejos
A través de oscuros espejos bendecidos con grietas

 

A través de patios olvidados
Donde solías buscar la juventud
Lo viejo cobra nueva vida

 

Extiende la mano
puedes tocarla
Él no es una sombra de sombras
Como tú, ya ves

 

Los corazones de aferran a esperar
Si te quedas aquí
Serás libre

 

'Rosemary' ('Scott 3')

 

Voces desde una fotografía
sonaban en tu pared
gritaban a través de tus sueños
Despierta Rosemary y seca tus ojos llorosos

 

Levántate y cruza el frío suelo desnudo
Y contempla la luna tras el cristal escarchado
Maldita fotografía
tendré que descolgarte

 

Ella escucha los barcos mientras avanzan por el río
Ve un perro tirando de su correa para escapar
Escucha el reloj que golpea como un martillo
Clavando los clavos un día mas en el ataúd
de su juventud

 

Noches con los amigos de tu madre
Ojos embarazados, mentones hundidos
yemas de los dedos hinchadas
vierte antiguas tazas de té

 

¿Quién eres y dónde has estado?
Suspendido en un viento sin gravedad
Viendo pasar los trenes

 

Desde andenes bajo la lluvia

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