REDACCIÓN  |  Barcelona, 26/10/2018

Desde hoy viernes y hasta el domingo llega una nueva edición del imprescindible ciclo PRIMAVERA CLUB. Imprescindible, sí, si lo que se quiere es conocer de primera mano y en directo los grupos que estarán en boca de todos en los próximos meses. Así, del 26 al 28 de octubre, la organización hará debutar en Barcelona y Madrid a una abundante representación de artistas, un total de 46, en los escenarios de Apolo, La [2] de Apolo y el Centre Cultural Albareda (de nuevo con programación gratuita) en Barcelona, y una selección de 26 nombres serán los que pasen por el Teatro Barceló y El Cielo de Barceló en Madrid.

Estas son algunas de las propuestas que no debes perderte. Estate atento a horarios y salas de cada uno de ellos en la web de ciclo: https://www.primaveraclub.com

Hop Along:

Todo en Hop Along (en la foto) orbita alrededor de Frances Quinlan. Y así tiene que ser. Porque Quinlan, además de originar el nacimiento de la banda, es de aquellas personalidades magnéticas que te atrapan desde la primera vez. De ella, y con razón, dicen que no tiene una voz sino diez: te aguanta la canción que quieras sonando aguerrida, dulce, bluesera o desgañitada según la ocasión lo requiera. Te hace creer en cosas. Por suerte tiene en sus compañeros de grupo (entre ellos su hermano a la batería) un combo versátil y con nervio que transporta a Hop Along directamente a la época dorada de Pavement, Neutral Milk Hotel y Modest Mouse.

Jpegmafia:

Lo aprendimos todos con 'The Wire' (y con su BSO): los projects de Baltimore son el humus idóneo para que nazcan raperos de vida currada y talento freelance. A día de hoy, en esta ciudad de Maryland hay muchos artistas de hip hop en cuarto creciente (Creek Boyz, Peso Da Mafia, Bandhunta Izzy...), pero solo uno es capaz de poner títulos como 'I Might Vote 4 Donald Trump' o 'I Cannot Fucking Wait Until Morrissey Dies'; solo uno es fan fatal a la vez de la cantante canadiense Sarah McLachlan, del anime 'Ghost in The Shell' y de la lucha libre; solo uno tiene un master en periodismo y ha sido... soldado en las fuerzas aéreas de Estados Unidos. Y es Barrington Hendricks, para el arte Jpegmafia.

Cupido:

Esta "boy band" nace de la unión entre el grupo madrileño Solo Astra y la estrella de la música urbana nacional Pimp Flaco. Un "bromance" artístico que justo arranca este año porque el chisporroteo bedroom pop de Cupido no podría ser más 2018, el año en el que decenas de jóvenes de todo el mundo decidieron convertir en género musical sus arritmias cardiacas y desvelos de dormitorio. Palpitaciones y temblores inexplicables, cosquilleo interno y risa floja, excitación e hiperventilación...

Stella Donnelly:

En las antípodas del discurso trumpiano del "Boys Will Be Boys" (que ella misma se apropia para darle la vuelta como título de canción), y en las de nuestro país, es donde se encuentra el talento reivindicativo, sencillo y sin tapujos de Stella Donnelly. Cantando valsetes en contra del "victim blaming" en los abusos sexuales, contando a baja fidelidad y con voz límpida experiencias personalísimas y cicatrizando sus propias heridas con sutura musical, su debut 'Thrush Metal' tiene el efecto de una patada revestida de terciopelo.

Halo Maud:

Dice Halo Maud que es una isla. Una isla que tras un primer EP debuta ahora a lo largo (y ancho) del archipiélago de ese etéreo pop francés donde desembarcamos en la playa de Melody's Echo Chamber y nos adentramos en los arrecifes del sello de culto La Souterraine. Esta neblina atrae a navegantes ávidos de misterio y olas psicodélicas, atraídos por cantos de sirena de muchas lenguas y por cuevas donde el eco devuelve, en dulce reverberación, melodías destinadas a no dejar escapar a los incautos visitantes. Incautos, sí, pero también eternamente felices, subyugados por tal belleza que olvidarán que existía mundo más allá de donde se funde el cielo con el mar. Es en esa frontera pálida e inasible, ¿o quizá no sea un lugar, sino un instante en el tiempo?, donde vive la música de Halo Maud.

Silent James:

Están los artistas que solo saben escribir desde el despecho, y están los artistas que saben convertir la vida cotidiana, el día a día, en una canción de pop universal. Jaume Benedito es de los segundos, como queda bien claro con una sola escucha de 'Oh, Tokyo!', meridiano relato de un viaje a la capital nipona con declaración de amor de serie: "Siempre quise ser el hombre que te llevara a Japón", canta en el estribillo. Esta épica de lo cotidiano, interpretada siguiendo las enseñanzas de maestros del pop refinado de cámara como Neil Hannon, Edwyn Collins y Jens Lekman, compone la columna vertebral de Silent James. Sus canciones son pequeños abrazos de vida para disfrutar de una mañana de sol, reconfortarse una tarde cualquiera y dejarse llevar por la nostalgia tranquila, esa que es capaz de condensar toda nuestra historia en la mejor canción del mundo.

Louder Than Death:

Cuando Sean Spits y King Khan se aburren, maquinan cómo divertirse. En 2004 tuvieron una idea de abrigo: ¿Y si montamos una suerte de internacional punk con miembros de la realeza garagera de todo el planeta? ¿Y si nos vamos reuniendo intermitentemente en distintos lugares del mundo a ver qué barrabasadas salen de esos encuentros? La suerte ha querido que la próxima cumbre psycho-punk de este colectivo con miembros fijos desde el principio (King Khan, claro, y Looch Vibrato y Aggy Sonora de The Magnetix) y otros reclutados para la ocasión sea en Primavera Club. Un contubernio golfo en el que la única norma es que ningún tema pase de los dos minutos, ya sean los que se les han caído en la marmita lisérgica o los que suenan a Ramones con un café de más. Que se aburran más, por favor.