JUANJO LÓPEZ  |  Barcelona, 23/11/2011

Radu Mihaileanu tiene dos grandes virtudes: la primera es que es un buen guionista que sabe combinar tragedia y comedia. Lo ha demostrado en obras como 'Train de vie' y 'Va, vis et deviens'. La segunda es que tiene un gran dominio del montaje en paralelo. 'Le concert', su anterior película,es una auténtica exhibición de dicha técnica visual y narrativa.

En su nuevo filme titulado 'LA SOURCE DES FEMMES' ('LA FUENTE DE LAS MUJERES'), el rumano sabe de sus virtudes y las explota al máximo. Y no conforme con eso, se marca una interesante reflexión sobre el etnoturismo mediante una escena cómico-musical con más fondo que todas las obras actuales de la Gran Vía juntas.

Las protagonistas son las mujeres que, hartas de cargar con litros de agua a sus espaldas, se declaran en huelga y cierran el grifo del sexo a sus maridos para conseguir que canalicen el agua hasta el pueblo. "Es fácil ser revolucionario cuando eres rico", le recriminan al personaje principal a pie de fuente. El enemigo no es una persona sino la mentalidad cavernícola de todo un pueblo.

Mihaileanu realiza una valiente revisión del Islam como texto pasando y pisando por encima de las interpretaciones a la carta de quienes lo predican. La cinta aspira a convertirse en la utópica revolución interna y feminista del Islam. Y casi lo consigue, todo hay que decirlo.

El ritmo se oxigena gracias a pequeños pero certeros golpes de humor y a escenas bien filmadas como, por ejemplo, el debate entre los hombres jóvenes y viejos, los "indignados" del pueblo. Los personajes de la cinta están cuidados y trasmiten verdad por todos sus poros. Del primero al último.

Sin embargo, en mitad de un paisaje desértico la película tiene varias lagunas. El ritmo está lleno de intermitencias y el conflicto ya no es tan conflicto porque, en lugar de concretar, da demasiadas vueltas sobre sí mismo. Algunas tramas secundarias (especialmente la que atañe a los personajes de Luobna, Slim y el buhonero) hacen la zancadilla a un metraje al que ya le cuesta avanzar por sí solo.

El director rumano (pero afincado en la France) recurre al mismo esquema narrativo de 'Le concert' y su fórmula del equívoco para resolver la trama. El problema es que en esta ocasión el resultado es previsible y fallido. Es verdad que 'La Source Des Femmes' es una buena lupa con la que observar la importancia de lo infinitamente pequeño, pero los rayos del sol acaban traspasando la lente y quemando el objetivo.