VICKY PEINADO  |  Madrid, 16/02/2012

El texto de Paco Bezerra aborda la temática del ciber acoso desde un punto de vista imaginativo y al tiempo muy humano. No sólo pone de relieve el problema social que constituye esta práctica delictiva en sí misma, sino que además el factor individual se resalta, mostrándonos el padecimiento que sufre el agresor. No lo enjuicia, lo explica y lo hace carne. Además, retrata los miedos a los que los adolescentes se enfrentan en una sociedad en la que el límite entre lo privado y lo público están separados por una delicada línea y cuyas reglas oscilan de forma continuada.

La puesta en escena que plantea José Luis Gómez responde satisfactoriamente a la premisa de irrealidad que como una delgada pátina rodea la historia y la sumerge en el misterio de las incógnitas que los dos personaje del texto van evidenciando conforme avanza la trama de 'GROOMING'. Aunque adolece también en ocasiones de subrayar elementos de la acción que ya habían quedado resueltos en una primera instancia. La utilización del audiovisual está justificada en la primera escena que se utiliza, cuando se recrea un episodio en que ambos protagonistas tienen un encuentro en el chat. Después, la licencia poética de Alicia cayendo por el agujero, que se proyecta, parece venir a explicar algo que el auditorio comprendió incluso desde el principio de la representación.

Antonio de la Torre, en su papel de acosador tiene momentos brillantes, aunque no todo el tiempo es así. Frente a los momentos de verdad que consigue, hay otros en los que vemos al actor luchar por agarrar con fuerza al personaje que quiere escapar. El acento que utiliza, unas veces neutro, otras tendente al andaluz, despista.

Nausicaa Bonnin encarna fabulosamente la doble identidad del personaje, que equilibra en todo momento y que hace que no moleste al espectador el tener que creer la edad de 16 años del personaje que interpreta en un principio, puesto que consigue que estés pendiente de que hay algo más que no se está desvelando, algo que se nos oculta.

Ambos logran momentos álgidos de tensión en el desarrollo de la acción, aunque en ocasiones el ritmo decae y hacen algo farragoso su transcurso.

El resultado son dos soledades que se miran a los ojos, con benevolencia, con piedad y sin juicios.

En conjunto, la propuesta de Gómez construye personajes complejísimos, humanos y vulnerables, nos hace reflexionar sobre la justicia y la idoneidad con que se tratan según que tipo de patologías, las parafilias en este caso concreto, y nos invita a mirar de frente lo que muchas veces no queremos ver: que "lo que está mal" responde en muchas ocasiones a unas razones, no siempre sencillas y que la comprensión y la empatía son la respuesta para construir un mundo mejor.