JUANMA CANTOS  |  Madrid, 08/12/2011

Cuando uno ha sido músico sabe bien que lo importante a la hora de formar un grupo es, claramente, qué estilo es el que se quiere tocar y cómo se va a tocar para conseguirlo. Es incluso más importante que la calidad en sí de los músicos que formen ese grupo o casi tanto como que los miembros del grupo "empasten" entre ellos, como el cemento, para formar algo sólido. Al menos más sólido de lo que sería cada músico por separado. Conciertos como el del lunes en el madrileño Bogui Jazz, a cargo del trío formado por ÁNGELA CERVANTES, ARIEL BRÍNGUEZ E ISRAEL SANDOVAL lo demuestran. Se puede hacer jazz de muchas maneras, se puede tener una idea muy clara de qué hacer para tocar jazz de calidad, pero, lo realmente importante, y lo que distingue a un grupo como brillante, es que "esa cosa" tan etérea como es "el concepto" sea original y bien trabajado: He aquí tres músicos de una calidad excepcional, unidos, como el cemento, en una propuesta cuyo "concepto" les hace brillantes. Tocar standards de jazz, adaptar canciones del pop o boleros al jazz ya lo hacen muchos, pero pocos con la consistencia, la originalidad y la brillantez de estos tres músicos.

Arrancaron con una 'Like someone in love' en la que resaltó, como en el resto del concierto, la juguetona voz de Ángela, para atreverse pronto con el primero de los boleros de la noche, un 'Bésame mucho' que sirvió para que Israel hiciera diabluras con el pedal de efectos de su guitarra, creando una contemporánea, envolvente y mágica versión de la composición de Consuelo Velázquez. Sorprendente, en una palabra.

'To Know You Is To Love You', de Stevie Wonder, mostró las cualidades de Ariel Brínguez al saxo. Es, sin duda, uno de los mejores saxofonistas cubanos de cuantos ahora son vecinos nuestros y demuestra en cada uno de sus conciertos, con diferentes formaciones, un saber estar y una sobria capacidad de adaptarse a lo que la canción necesita, dándole el cuerpo que requiere.

En general, el concierto discurrió por parámetros en los que los tres músicos dejaron vía libre a la expresión de sus instrumentos. Así, un 'Body and Soul', adaptado escapando de los tópicos, de una manera novedosa, o un 'Fragile' de Sting llevado hacia la bossa nova, una delicada 'Georgia on my Mind', o un 'Walking on the Moon' de The Police con un impresionante solo a dos de Ariel e Israel fueron una clara muestra de la capacidad innovadora de estos músicos dentro de parámetros, ya digo, novedosos dentro de su concepción del jazz.

El concierto tornó en más tranquilo con un estremecedor 'Tres Palabras', éste sí, arrimado al original, o con el 'Hello' de Lionel Ritchie, para cerrarse con un 'Bye Bye Blackbird' de arriesgados y electrizantes arreglos que vinieron a completar la atmosférica y elegante... soberbia propuesta del trío. Un concierto para enmarcar.