LUISMI OCHOA  |  Jaén, 26/11/2011

Mucho era lo que, a título personal, esperaba de la nueva cinta de uno de los grandes maestros de la historia del cine. Adorado y odiado a partes iguales, Roman Polanski ha superado con creces lo que de él y de 'UN DIOS SALVAJE' se esperaba, incluso superando dos de sus últimos y mejores trabajos, 'El Escritor' y 'El Pianista'.

Pues bien, quien piense que es imposible reinventarse tiene ante sí una muestra de cómo se debe de hacer y, lo que es más importante, de cómo se debe dirigir, ayudándose del guionista original, ya que Polanski ha contado en todo momento con la colaboración de Yasmin Reza, autora del libreto original, que fue llevado al teatro y, lo que es aún más importante, respetándolo casi en su totalidad.

Con un decorado de tan solo las dimensiones de un piso -la película ha sido rodada en Francia, aunque da la impresión de que estamos en Brooklyn- es tal el resultado que uno termina de ver esta película con la sensación de que todo lo que se esperaba de ella ha sido logrado con creces.

La acción nos sitúa ante la reunión de dos matrimonios, mostrando lo contradictorios que somos cada uno de los humanos en nuestra manera de ser, y en nuestra moralidad, hipocresía y falsedad, a la hora de enfrentarnos con otras personas.

Magnífica la interpretación de Jodie Foster, que da vida a una mujer llena de prejuicios y con un aire de neurótica, siempre crítica con los que no actúan como ella. Kate Winslet, como siempre, brilla a gran altura, quizás menos espectacular de lo que nos tiene acostumbrados, pero con un par de escenas cómicas que nos provocarán alguna mueca.

Lo de John C. Reilly es lo de siempre, simplemente genial, prestando especial atención en mostrarnos que nadie es tan bueno como parece. Y así llegamos al cuarto en discordia, un Christoph Waltz en estado de gracia. Su interlocución con su teléfono móvil forma parte de la obra como si fueran uno mismo.

Por lo bueno de esta 'Un Dios Salvaje', que nos retrata sin miedos las miserias de un grupo de personas que intentan aparentar una lealtad que no se profesan, destapando las vergüenzas que cada uno lleva en su interior, solo me queda decir que estamos ante una de las mejores películas del año y que, sin lugar a dudas, será gran candidata a los premios Oscar.

Gracias, señor Polanski, por hacer tan grande al Cine.