MIGUEL GOIDTE  |  Madrid, 30/07/2011

Este mito viviente del flamenco que es CARMEN LINARES deleitó con lo mejor de su recién estrenado disco, 'Remembranzas', grabado en directo en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, a una concurrida audiencia que el 26 de julio, en una apacible velada, se daba cita en los Jardines de Sabatini dentro de los espectáculos diseñados para el Veranos de la Villa 2011.

Carmen Pacheco Rodríguez, la de Linares hecha musicalmente en Madrid y recientemente galardonada con el Premio de la Música A Toda Una Vida, se acompañó de los guitarras Salvador Gutiérrez y Eduardo Guerrero, el palmero-bailaor-coro Adolfo Lobato y la palmera-coro Ana González para dar vida, en un espectáculo de cante jondo de algo más de hora y media de duración, a once temas con lo más representativo del flamenco (tangos, bulería por soleá, bulerías, tarantas, cantiñas, granaínas, seguiriya, alegrías...), que repasan, entre temas clásicos del repertorio de Carmen, textos de los grandes poetas del siglo pasado, García Lorca, Miguel Hernández y Juan Ramón Jiménez.

Destacadísimo el baile de Adolfo con unos taconeos bárbaros acompasados con percusiones sobre las cajas de las guitarras, en 'Cantiñas', con una Carmen que incluso se atrevió a salir a la madera mientras de la garganta de Ana salía "...el puñal dorao". Por granaínas, sin palmeros y a dos guitarras, 'Asesinado por el cielo' del espectáculo 'Poeta en Nueva York', basado en la obra del granadino Lorca. También de Lorca, ahora por bulerías, 'La Baladilla de los tres ríos'. Tras Lorca llegaba el turno de Miguel Hernández con 'Cada vez que paso' por seguiriyas. Emotivo 'Andaluces de Jaén' de Miguel Hernández, por peteneras y tarantas, coreados por el público. Si a Lorca se le homenajeaba en forma de granaínas, a Juan Ramón Jiménez se le hacía en forma de Fandango de Huelva con 'Moguer' y 'Remembranzas' por alegrías, como cierre del espectáculo.

Broche de oro en un bis en el que Carmen cedió el protagonismo a la juventud de Ana, que se atrevió a prescindir del micro en una escena al aire libre y de las dimensiones de los Jardines de Sabatini.

Al final, público puesto en pie para ovacionar a la artista, un merecido reconocimiento del publico para empujar a Carmen a continuar muchos años más entregada a esta música patrimonio de la humanidad.