EDUARDO TÉBAR  |  Granada, 01/02/2010

El soul está de moda. Los RIGHT ONS, también. Los madrileño-coruñeses saborean su inmejorable trayectoria entre viajes a Estados Unidos, Europa y las plazas fuertes del territorio nacional. Gustan y se gustan en una fórmula infalible de consagración del ritmo que conquista a todos los públicos. A priori, resulta complicadísimo cuajar en la audiencia indie sin recibir miradas ceñudas del purismo negroide. Ellos acotan las distancias entre ambos sectores y, encima, convencen a los ojeadores más exigentes.

Su actuación en el Planta Baja granadino evidenció el magnífico estado que vive la banda. Hacen fácil lo difícil. Trabajan con los recursos mínimos del punk-rock, sin enredos ni lobanillos innecesarios. Dos percusiones, limpieza swingueante en las guitarras, gomoso bajo funk y requiebros vocales afines a la esencia Motown. En principio, la receta que pudo elevar a un nivel superior a formaciones vecinas como Tokyo Sex Destruction -éstos mucho más sucios y móviles sobre el escenario-. Es decir, la inercia de los llamados a hermanar la mugre de Music Machine y Jon Spencer con la epilepsia bailonga de James Brown.

Los Right Ons maduraron como músicos en propuestas notables del panorama independiente. Véase el baterista Ramiro Nieto, ex Jet Lag, con una voz tremenda a lo Paul McCartney. Ah, ¡las voces! Cinco instrumentistas que cantan. Y de qué manera. Perfecta labor de mimbre que les ha situado en la órbita del mismísimo Eli 'Paperboy' Reed, el sosias en varón y centrado de la Winehouse. No extraña, entonces, la aclamación galopante de 'Look inside, now!', el álbum que tantas alegrías les está dando. En vivo, juegan sobre seguro. Aparentan imprevisión donde hay mucho de táctica memorizada. Y caen bien con su jocunda apología del sentimiento lúdico de la noche.